¿Medir la usabilidad es posible?

La usabil­i­dad es un con­cep­to clave en el dis­eño de inter­faces y expe­ri­en­cias de usuario. Se tra­ta de un enfoque empíri­co que bus­ca medir y mejo­rar la efi­ca­cia, efi­cien­cia y sat­is­fac­ción de las per­sonas al inter­ac­tu­ar con un pro­duc­to o ser­vi­cio. En este sen­ti­do, resul­ta fun­da­men­tal com­pren­der los pilares fun­da­men­tales que sus­ten­tan la usabil­i­dad: la facil­i­dad de apren­diza­je, la efi­cien­cia en la real­ización de tar­eas, la efi­ca­cia en la obten­ción de resul­ta­dos y la sat­is­fac­ción del usuario.

A través de la apli­cación de prue­bas, análi­sis y obser­vación, es posi­ble eval­u­ar y opti­mizar el dis­eño de inter­faces para lograr una expe­ri­en­cia flu­i­da, intu­iti­va y sat­is­fac­to­ria para los usuar­ios. En este artícu­lo explo­raremos en detalle estos pilares y cómo su cor­rec­ta imple­mentación puede con­ducir a resul­ta­dos más efec­tivos y a la creación de dis­eños cen­tra­dos en las necesi­dades de los usuar­ios.

La usabil­i­dad es un con­cep­to empíri­co, es decir, que se puede medir. ¿Y cómo podemos hac­er­lo? Fácil, los pilares de la usabil­i­dad son los sigu­ientes:

1. Facil­i­dad de apren­diza­je (learn­abil­i­ty)

Para ello, ten­emos que obser­var cómo se desen­vuelve el usuario la primera vez que se enfrenta al dis­eño de nues­tra inter­faz, qué errores comete, si encuen­tra con facil­i­dad lo que está bus­can­do, si tiene que emplear el bus­cador en varias oca­siones, etc.

2. Efi­cien­cia

Una vez que el usuario se ha famil­iar­iza­do con nues­tra inter­faz, med­i­mos cuán­to tar­da en rela­cionar las cosas y recor­dar­las.

Por ejem­p­lo, si esta­mos en una pági­na web y ya hemos super­a­do el peri­o­do de apren­diza­je, entramos en acción y real­izamos var­ios pro­ce­sos. Si la web es efi­ciente, recor­dare­mos con facil­i­dad los pro­ce­sos que hemos lle­va­do a cabo. Si volve­mos a entrar pos­te­ri­or­mente, recor­dare­mos su fun­cional­i­dad y nos desen­volver­e­mos sin prob­le­mas, lo que indi­ca un dis­eño efi­ciente. La efi­cien­cia se rela­ciona con la facil­i­dad de recor­dar los pro­ce­sos y fun­cional­i­dades, es decir, la cual­i­dad de ser recor­da­da (Mem­o­ra­bil­i­ty).

3. Efi­ca­cia

Med­i­mos la efi­ca­cia de un obje­to o inter­faz según estas tres car­ac­terís­ti­cas:

  • ¿Qué errores comete el usuario?
  • ¿Cuán graves son los errores?
  • ¿Cuán rápi­do resuelve las tar­eas?

El obje­ti­vo de ten­er un dis­eño efi­ciente es procu­rar que los usuar­ios cometan los mín­i­mos errores posi­bles y, en caso de come­ter un error, pro­por­cionarles una solu­ción fácil. Por ejem­p­lo, en un pro­ce­so de com­pra, si el botón de com­pra no tiene el tamaño ade­cua­do y el usuario agre­ga el mis­mo pro­duc­to varias veces, sería ine­fi­ciente. En este caso, cor­re­giríamos el tamaño del icono y además pro­por­cionaríamos facil­i­dades para elim­i­nar la dupli­ci­dad del pro­duc­to de for­ma ráp­i­da.

4.Satisfacción

¿Le resul­ta agrad­able y sen­cil­lo? Si es así, acabamos de cumplir el obje­ti­vo de que el usuario quede sat­is­fe­cho.

 

¿Cómo averiguamos si cumple con todos los requisitos?

A través de prue­bas, midi­en­do, obser­van­do y anal­izan­do cada uno de los pro­ce­sos de inter­ac­ción del usuario con el dis­eño. Para ello, disponemos de una var­iedad de her­ramien­tas que resumen los pro­ce­sos, nos per­miten grabar las acciones de los usuar­ios e inclu­so pre­gun­tar­les cómo y dónde les gus­taría encon­trar cier­tas fun­ciones y sec­ciones en nue­stro dis­eño.

Con todas estas solu­ciones y respues­tas, podemos con­sid­er­ar un redis­eño con el obje­ti­vo de crear un dis­eño más ajus­ta­do y cen­tra­do en el usuario.

Si real­mente hemos resuel­to los posi­bles errores de usabil­i­dad, podremos ver­i­fi­car­lo com­para­n­do las prue­bas obtenidas del dis­eño orig­i­nal con las del redis­eño.”

La usabil­i­dad es un aspec­to fun­da­men­tal en el dis­eño de inter­faces y expe­ri­en­cias de usuario. A lo largo de este artícu­lo, hemos exam­i­na­do los pilares prin­ci­pales de la usabil­i­dad: facil­i­dad de apren­diza­je, efi­cien­cia, efi­ca­cia y sat­is­fac­ción. Cada uno de estos ele­men­tos jue­ga un papel cru­cial en el logro de inter­faces intu­iti­vas, fun­cionales y agrad­ables para los usuar­ios.

Medi­ante prue­bas, análi­sis y obser­vación, es posi­ble eval­u­ar la usabil­i­dad de un dis­eño y realizar mejo­ras sig­ni­fica­ti­vas. La com­pren­sión de cómo los usuar­ios inter­ac­túan con una inter­faz, qué difi­cul­tades encuen­tran y cómo se sien­ten al usar­la nos brin­da infor­ma­ción valiosa para realizar ajustes y opti­mizar la expe­ri­en­cia del usuario.

Al cen­trarnos en la usabil­i­dad, podemos crear pro­duc­tos y ser­vi­cios que no solo sean efec­tivos en la con­se­cu­ción de obje­tivos, sino tam­bién agrad­ables de uti­lizar. Un dis­eño bien pen­sa­do y cen­tra­do en el usuario se tra­duce en usuar­ios sat­is­fe­chos, may­or pro­duc­tivi­dad y, en últi­ma instan­cia, en el éxi­to de un pro­duc­to o ser­vi­cio.

En resumen, la usabil­i­dad es un aspec­to esen­cial que no debe pasarse por alto en el pro­ce­so de dis­eño. Al con­sid­er­ar cuida­dosa­mente los pilares de la usabil­i­dad, podemos garan­ti­zar expe­ri­en­cias pos­i­ti­vas y grat­i­f­i­cantes para los usuar­ios, estable­cien­do así una base sól­i­da para el éxi­to en el mun­do dig­i­tal.

 

Índice:

  1. Intro­duc­ción
  2. Pilares de la Usabil­i­dad
  3. Eval­u­ación de la Usabil­i­dad
  4. Mejo­ras y Opti­mización
  5. Impor­tan­cia de la Usabil­i­dad
  6. Con­clu­siones

 

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